Sobre mi:
Mi más profundo recuerdo de que tengo de disfrutar de algo relacionado con el BDSM se remonta a mi infancia.
Pero me llevaría hasta los 26 años que no encontré a una persona de confianza a quien pudiera revelar libremente todas mis “fantasías raras y secretas”. Sólo para descubrir que estas cosas eran muy comunes las prácticas de BDSM.
Muy pronto después de eso, (quizás demasiado pronto) me involucré en el BDSM profesional en Barcelona.
Aprendí con 3 Dominatrixas locales. Ellas eran muy rígidas en sus visiones de BDSM. Tal vez tenían que serlo, porque había mucho trabajo educativo que debía hacerse en este tiempo y lugar donde el acceso a la información sobre el BDSM era muy limitada, y a menudo reducida a películas porno.
De ahí que algunos supuestos “sumisos” se presentaron exigiendo servicios que normalmente no están incluidos en las clásicas sesiones de BDSM.
Fue más de media década más tarde que entré en contacto con un pionero que comenzó a ofrecer eventos de BDSM Consciente (Conscious Kink).
Kink consciente es otra forma de vivir el BDSM, que viene desde la conciencia somática y emocional. Esta forma anima a todos los participantes a jugar con sus aspectos interiores auténticos, quitando la obligación a seguir las rígidas reglas.
Al principio me costó mucho esta nueva forma de interactuar, ya que me quitó totalmente mi figura de seguridad, la “máscara” que estaba entre el yo real y el/la otr@ jugador(a).
Me tomó unos años de conseguir estar cómodo con esto. Ahora es mi forma preferida de jugar.